SEMANA SANTA: EL ORIGEN DEL PODER Imprimir

Toda mi vida he sido católica y he celebrado la Semana Santa pero nunca entendí realmente por qué Dios se hizo hombre, y menos, por qué se dejó matar de esa forma tan cruenta, hasta que me lo explicaron en el CLEM** y pude experimentarlo.

 

Primero entendí que en el hombre coexisten el bien y el mal o lo que es lo mismo: el Espíritu de Dios  Vs la carne; el Amor Vs el egoísmo; el Trigo Vs la cizaña.

Luego entendí que nuestro Señor se hizo hombre, fue pobre, se dejó humillar, moler a palos y matar de esa manera para vencer el mal por cada uno de nosotros, para vencer el mal  en una carne como la nuestra.  Gracias a esto podemos obtener victoria sobre las debilidades, el pecado, el sufrimiento. Hay una oración muy sencilla que nos permite hacer uso de ese PODER que Jesús nos otorgó a través de su vida de obediencia y sacrificio:

Primero Identifique y póngale nombre a ese pecado o a ese sentimiento negativo que más daño le hace a sí mismo  y a su entorno:  rabia, miedo, odio, orgullo, tristeza, rencor, dolor... y entonces, cada vez que aparezca, entrégueselo al Señor diciendo

"Toma Jesùs y recibe mi ..."

A cambio pídale la virtud contraria:

"Y Dáme Tú ..."

Tú paz, Tú seguridad, Tú amor, Tú humildad, Tú alegría,  Tu gracia para perdonar, Tu fortaleza ante el dolor, Tu pureza, Tu santidad...


Esta lucha debe ser permanente; así como trabajan los sistemas respiratorio, circulatorio y digestivo, purificando y  desechando lo que ya no le sirve al cuerpo, sin parar. En cuanto sea posible, es mejor escribirlo para enseguida romper el papel  y desecharlo mientras se recita un "Gloria al Padre...". 

¿Qué le pasaría al cuerpo si en lugar de drenar, acumula los desechos? Así mismo, los sentimientos negativos no reconocidos  que se van acumulando algún día explotarán o se manifestarán como una enfermedad física. Por eso la hermana Stella decía: "Hay que barrer la casa todos los días". 


** El CLEM es la Comunidad de Laicos Eucarísticos Marianos, a la cual estuve vinculada el 2012 y 2013 dirigida por la  hermana Stella Marroquín.